lunes, 10 de octubre de 2016

Desayuno con partículas: un libro que hará que vuestros hijos quieran ser físicos cuánticos.



Es de la conocida autora SoniaFernández-Vidal, escrito en colaboración con el periodista y también escritor Francesc Miralles. Ella doctora en óptica e información cuántica y muy alabada por su forma amena de transmitir los conceptos tan complejos de la mecánica cuántica o de las leyes físicas, como en su capacidad de que nos resulten divertidos. Todo un éxito!

En mi opinión tanto adultos como adolescentes de 13/14 años pueden “hincar el diente” a este libro y adentrarse sin riesgo a quedar dormidos en el inquietante mundo de los fenómenos y leyes cuánticas. Soy abogada y Licenciada en CC Políticas así que, ya os imagináis que la física (cualquiera que sea) me ha sido siempre ajena, pero reconozco . Os animo!

Con este libro aprenderemos cosas tan turbadoras como que vivimos levitando continuamente (humanos, objetos, el mundo) ya que técnicamente en el mundo cuántico está formado por un 99,999999% de vacío y un 0,11111% de materia!. O bien que la humanidad entera, si condensáramos su materia “física”, cabría en un terrón de azúcar (ya que el resto de dicha humanidad es vacío) ; o que por obra y gracia del principio de la superposición podemos estar vivos y muertos a la vez, o atravesar paredes sin despeinarnos. También se nos grabará cuáles fueron los “años milagrosos” de Einstein o de Newton.

Entenderemos por fin qué es un agujero negro, o por qué la luz puede ser tanto partícula como onda, quién dio el nombre de “cuántico” a esta clase de física. Nos toparemos con  el médico, científico y matemático de finales del siglo XVIII Thomas Young, un niño prodigio que, aparte de sus mayúsculos descubrimientos físicos, y de su teoría ondulatoria sobre la luz, consiguió descifrar, ni más ni menos, parte de los textos de la famosa piedra Rosetta (era un políglota que, a la pronta edad de 14 años, ya estudiaba y manejaba 14 idiomas!).

Se nos revelará la evolución de los hallazgos acerca de la luz, tras las primeras teorías newtonianas, para después afirmarse que era una onda, y luego descubrir que estaba compuesta de partículas, pero que éstas se comportan de distinta manera (con las propiedades de la onda o de partícula) dependiendo de que se las observe o no, o que en el mundo cuántico hay desdoblamientos contínuos de la materia (por eso se puede estar y no estar al mismo tiempo en un sitio, pueden ocurrir dos cosas al mismo tiempo, pero cuando se observa (por el ser humano, o a través de algún aparato) sólo ocurrirá una de las dos posibilidades….. Sobrecoge, verdad?

Por si con lo anterior no tuviéramos bastante, Sonia también nos inicia en la belleza contenida en la creación del Universo, con un lenguaje diría que casi poético (aquí nos instruye sobre los cinco fotogramas del Big Bang), sin olvidar la precisión técnica de la explicación mediante un discurso sencillo, apto para cualquier lector curioso por saber.

Y no se olvida de incluir a personas como Arthur C. Clarke y contarnos algunas curiosidades, o mencionar a Isaac Asimov, consiguiendo encajar este libro un tipo de obra tanto rigurosa como divulgativa.

En definitiva, un buen ejemplar para disfrutar leyendo y aprendiendo. Sin duda cautivador en su planteamiento y exposición. Quedan en mi memoria un par de ideas arrebatadoras (por sus derivadas filosóficas): una, imaginar teóricamente que el mundo macroscópico en el cual vivimos y con el que nos relacionamos pueda no estar (o no ser) cuando no lo contemplamos y dos, la precariedad de nuestro lenguaje tal y como lo conocemos hoy, que ni siquiera es capaz de describir (por inexistencia de un vocabulario apropiado y suficientemente amplio) un mundo que nos supera.

Por cierto, y si a pesar de lo leído, os siguen embelesando estos temas, de esta autora también tenéis el libro “La Puerta de los tres cerrojos” (https://www.amazon.es/Puerta-Tres-Cerrojos-Galera-joven/dp/8424642821). Enfocado a niños que cursen  los últimos años de Ed. Primaria, trata de estas cuestiones, auunque de manera todavía más amena si cabe.

En cualquier caso, suscribo mi propio título: con esta autora vuestros hijos desearán estudiar física en la universidad!!!