viernes, 27 de julio de 2018

MÚSICA PARA ESCUCHAR CON LOS NIÑOS…. ¡¡¡SIN ABURRIRSE!!!



Nadie creo que dude de los beneficios de la música a cualquier edad. Estudios e investigaciones de todo tipo han concluido o demostrado que fomenta la concentración, disminuye el estrés, mejora la felicidad personal, abre vías nuevas, mejora de la calidad del sueño. Es un encuentro también con lo más íntimo si tenemos la suerte de experimentarla de una forma sensorial. Aún más, sirve como tratamiento de ciertos trastornos cerebrales.  

Os dejo piezas musicales que podéis escuchar con vuestros hijos y que les gustarán!! La música clásica no tiene por qué ser una barrera para los pequeños de la casa. No han de escuchar conciertos íntegros ni empezar con el Barbero de Sevilla, pero sí se les puede iniciar en el amor a la belleza de la música clásica educando su sentimiento.

No os desalentéis si al principio se resisten o si, a mitad de la pieza, se levantan y dicen que todo es un rollo. Es normal, no se puede plantar una semilla y esperar que sea árbol al día siguiente. La educación requiere tiempo y paciencia.


Aquí van algunas piezas recomendadas:


 Ojalá acertemos!

viernes, 20 de julio de 2018

NIÑOS DE MADRES TRABAJADORAS: ADULTOS FELICES



Para las madres trabajadoras que quizás en ocasiones nos hemos culpabilizado por no poder dedicar todo el tiempo que quisiéramos a nuestros hijos. ¡Hay esperanza!.... y un estudio de americano nos lo confirma.

Comparto este artículo de la Harvard Business School Gazette. Se ha publicado el texto completo de un estudio iniciado en 2015 sobre los efectos en los hijos de tener una madre que trabaja. Parece que las consecuencias, lejos de ser negativas, han dado como resultado que los hijos e hijas de madres trabajadoras incluso fomentan, según las conclusiones del estudio, la concepción de mayor igualdad de género (en el caso de los varones) y de una

Si bien EEUU se caracteriza por un deseo casi insano por hacer estudios, estadísticas y valoraciones de cualquier cosa que se les ponga por delante, sin valorar la existencia de un verdadero  interés social o científico, también es cierto que nos ofrece gran cantidad de material de gran valor para indagar sobre cualquier materia. Este es un ejemplo.

Parece que las hijas de madres que trabajan son más felices, sus ingresos medios son mayores, consiguen mejores puestos de trabajo y llegarán a categorías más altas que impliquen mayores labores de supervisión. Esto hará que el sentimiento de culpa disminuya en nosotras. La experiencia de una madre trabajadora que transmite a sus hijas está íntimamente relacionada con el desarrollo profesional de éstas. La impronta personal también es significativa: las hijas constatarán que trabajar es compatible con ser madre, no solo eso, que las madres son capaces de gestionar muchas más tareas que las que se quedan en casa y, además, hacerlo muy bien.

Afirma el artículo que los hijos son influenciados de manera distinta a las hijas cuando sus madres trabajan. Los primeros mantendrían una actitud de género más igualitaria, tanto en el lugar de trabajo como en las relaciones familiares y el hogar. Nada más leerlo me acordé de una anécdota que, asi bien no pasa de ser una simple muestra, es significativa y ahonda en la misma línea. Llevando a mis hijos y un amigo a un entrenamiento, escuché cómo el último hablaba distendidamente con el mío diciéndole que, en su casa, su madre era como la “chica” (en el sentido de cuidadora del hogar) que tenían en casa, que para eso estaba y no trabajaba. El hijo, según escuché, decía a su madre que tenía que hacer, comprarle o prepararle y ella, incuestionablemente, se lo hacía, compraba o preparaba. Entendía por tanto que aquéllo era una especie de derecho natural adquirido por el nacimiento y una obligación (absolutamente normal) derivada de la condición de madre no trabajadora. ¡Increíble! Mi indignación no salió de mi fuero interno, aunque ganas de intervenir no me faltaron. Pensé que este amiguito muy probablemente elegiría a una mujer "espejo" a su madre, por lo que el patrón de desigualdad se repetiría en su caso. El informe al que me refiero aquí me lo confirma hoy con datos.

Ya por último -y por si os sirve de ayuda-, tened en cuenta siempre que, mientras los niños están en el colegio o en la guardería, les da exactamente igual que sus madres se queden en cocinando una apetitosa tortilla de patatas o que estén frente a un ordenador en una oficina. Para ellos es neutral. Enfocadlo de esta manera y os sentiréis más liberadas.

martes, 10 de julio de 2018

Duchamp, Magritte, Dalí, Revolucionarios del S.XX….. ¡VISÍTALA CON TUS HIJOS!









Dónde: Palacio Gaviria (Madrid)
Cuándo: L/M/X/J/D: 10h-20h. V/S: 10h-21h
En el precio de la entrada está incluida la audioguía.


Obras Maestras del Museo de Israel (Jerusalén) visitan Madrid. Ahora que los niños están de vacaciones y se ha prorrogado la exposición, aprovechad y llevadlos. No os defraudará y a los pequeños tampoco: el surrealismo y dadaísmo conecta con la creatividad y sentimiento infantil. Es, por antonomasia, el caldo de cultivo en el que viven los niños. La hilaridad de los dadaístas, el uso de trucos para expresar el arte, el interés por el absurdo, el desenfreno de la imaginación sin cortapisas.... ¿os suena si tenéis hijos?
Obras de la exposición para detenerse (y entenderse) con niños (por supuesto, podéis elegir otras que queráis):


  • Reconstrucción de la Sala Mae West de Dalí. Os podéis fotografiar sentados en sus labios: ¡estáis dentro del cuadro!. Llevaos impreso el retrato de Mae West de Dalí como sala surrealista para contextualizar mejor a los más pequeños. Ella era una controvertida actriz muy famosa de la época. Dalí, de una foto de periódico, pintó el cuadro transformando el rostro en un apartamento. La recreación del arquitecto Óscar Tusquets física de este cuadro está instalada en el Mº Dalí (Figueras). Los labios de esta sala fueron también fabricados como sofá y son muy conocidos.
     
  • El rey jugando con la reina (Max Ernst). Fijaos en las formas redondeadas de las figuras. Se inspiró en las muñecas ceremoniales “kachina” (portadoras de vida) de las tribus indias de América (indios Hopi). Se danzaba alrededor del fuego y, al final de la danza, se entregaban estas muñecas a los niños de la tribu, además de flechas, ramas y frutos que los hombres “kachina” habían ido a recolectar antes de la ceremonia.
     
  • La rueda de bicicleta (Marcel Duchamp). Él pintó bigote y perilla a la Gioconda, era un transgresor, con la rueda nos encontramos ante una de los primeros “ready-made” de la historia del arte. Imprimid una fotografía de la “Fuente” (un urinario masculino que pasó a ser obra de arte) para que así conciban qué significó el “arte encontrado”. Otros ready-made en la exposición (también de Duchamp): el semi ready-made Why not sneeze Rose-Sélavy? (Sección Deseo Musa y Abuso: una jaula de pájaros, terrones de azúcar de mármol, es decir, pesadísima y evocadora de la frialdad, de ahí el termómetro midiendo la temperatura del mármol, …., ¿es por esto que Duchamp estornudará, o más bien su alter ego femenino Rose Sélavy, o como se ha llegado a interpretar “¿(e)Rros?” “c’est la vie”?). También deteneos en la “Bottle rack” (porta-botellas)…. su ajedrez….
Creo que tras la contemplación de estos objetos los niños tendrán una idea muy clara de lo que supuso este nuevo concepto de arte y artista tan rompedor e influyente en el arte contemporáneo.


Ready-made: Duchamp eleva a categoría de obra de arte cualquier pieza mundana. Así, es el artista quien dota al objeto la cualidad de artístico cuando lo descontextualiza del entorno al el que (originariamente) pertenece. Así, la rueda de la bicicleta e inserta en una banqueta, un urinario cambiado de posición será una fuente, lo cotidiano se transforma en una nueva expresión artística. Ahora bien, los objetos deben ser provocadores. La nueva obra casi siempre tendrá un sentido erótico (hierros en los que se escurrirán botellas vacías, una rueda que al dar vueltas se introduce en la banqueta….).
  • Fotografías de Duchamp como Rose Sélavy realizadas por Man Ray. Duchamp era un dadaísta y le gustaba jugar con su simbología. ¿Qué menos que crear un alter-ego tan propio este contepto, también después, del surrealismo?
     
  • Los dibujos automáticos de André Masson y Joan Miró. Los surrealistas llegaron al extremo de pintar automáticamente, sin trabas mentales, lo primero que surja al autor. Masson quería llegar al inconsciente más profundo e infantil para elaborar sus obras, jugar con los subterfugios de la mente. Conectar con la creatividad pura, por tanto, cualquier medio de expresión es válido, siempre que no intervenga la razón, la expresión artística debe nacer sin trabas, da igual la técnica o la destreza (simples trazos bastan cuando nacen del instinto inconsciente, como en el dibujo de Masson). Los test de Rorscharch del psicoanálisis tienen que ver, precisamente, con la primera interpretación sin filtro racional de la mancha, pero los artistas surrealistas lo que hacen es plasmar las ideas sin sentido en un papel, de forma descontrolada, creando un universo expresivo particular, incoherente.
     
  • Castillo de los Pirineos (Magritte): Sobre la ingravidez y la indagación de lo misterioso. La roca está contrapuesta a la gravedad, está tan loca y flotando felizmente en un cielo típicamente magrittiano, mientras el mar está rabioso.
Daos la vuelta y mirad qué apunte a mano hace Magritte en su boceto sobre el cuadro: “Peut être également vu et représenté dans le four”. ¿Qué puede significar? El autor nos invita a reflexionar (la pintura para Magritte es un medio no un fin).
  • Instalación de 1200 sacos de carbón (homenaje a Duchamp). Como colofón, un pasillo en el que nos obligan a mirar arriba. Los sacos estaban rellenos de papel de periódico, no se caen encima. Se idearon para moverse por la instalación, aunque aquí sólo recorreremos un tramo diminuto. Podéis fotografiaros sin límite. Un buen recuerdo para el final. 
Y a lo largo de toda la exposición, diseminados, espejos cóncavos, conexos, que harán las delicias de los más pequeños!! Tendréis que tirar de ellos para continuar con el recorrido!!




martes, 3 de julio de 2018

De conciertos y móviles




Asistí a un concierto de música clásica, en el día de San Juan, domingo este año 2018. Integrado en los ciclos de música de cámara que ofrece la Fundación del Canal de Isabel II. En esta ocasión piezas interpretadas por cuatro miembros de la ORCAM. Todas ellas cortas, de aire fresco, una bella interpretación del original Phantasy Quartet (op.2), de 1932, para oboe y cuerdas del gran Barón Britten…. Pero no iba a comentar la tarde de música, sino un significativo anecdotario.


Parece que parte del público que asiste a estos eventos no tiene mucho (por no decir poca) interés musical, lo que tiene su cierto sentido ya que las entradas para estos ciclos de la Fundación se venden por 2,50€, accediendo personas que a lo mejor quieren echar la tarde con un plan diferente y a salvo del calor tórrido matritense.

Una sigue escuchando aplaudir cuando no toca (esto ocurre hasta en los mejores salones, Auditorio Nacional incluido) entre los distintos movimientos, cuando no ha finalizado la obra.  Otras veo cómo alguna persona mayor da una cabezada, cobijada por la tenue luminosidad de la sala, lo que me provoca siempre honda indulgencia.

Pero lo de ayer fue grande. Entre el público, una pareja, ella parecía que iba de boda, incluidos zapatos de plataforma tremendamente incómodos que le impedían andar de forma natural. Él con pantalón suelto, camiseta negra y bolso-bandolera. De momento, el dress code desatinado, no se entendía. Las primeras dos piezas las escucharon sin inmutarse, hasta aquí correcto. Después del descanso ella agarró el móvil para no dejarlo de consultar hasta el fin del concierto. La pantalla brillaba indecente, algo molesto además cuando la sala está en penumbra. Nadie dijo nada (en UK –si ocurriera algo así- le hubiera ordenado apagar el móvil). La susodicha se dispuso a ver bolsos, ropa, zapatos y a dar likes en Instagram a cada foto que pasaba. El compañero le pasaba cariñoso el brazo por detrás, no sabemos si para intentar disparar el bochorno o en señal de arrullo provocado por la alegría que a veces nos llena cuando hacemos un plan diferente.  Luego dirán que les ha encantado y comentarán entre amigos admirados (y aún menos aficionados que ellos). Pero la sofisticación no la otorga el plan en sí mismo o el vestido de tul, sino la constante presencia a eventos de este tipo y una educación galante y soberbia por años.

Menos mal que entre tanta desolación, hay islas de esperanza: dos niños entre los asistentes que escucharon estoicos el concierto y sin mirar el móvil en ningún momento. El mundo al revés.