miércoles, 17 de abril de 2019

MUJERES EN LAS VANGUARDIAS: DE CHAGALL A MALÉVICH. El ARTE EN REVOLUCIÓN



Mapfre nos ha propuesto hasta el 5 de mayo un paseo por el nuevo lenguaje de los artistas rusos desde principios de siglo pasado y los años treinta, que tan fructífero sería y tanta expansión reconocería teniendo en cuenta que la Revolución rusa de 1917 les marcaría a todos ellos en la diseminación de un nuevo lenguaje libre y en la utopía de un mundo mejor resultado de la revolución.

Un período muy fértil donde los artistas antiacademicistas y transgresores bien conocidos trascendieron la versión ortodoxa al uso de las artes para dar a luz renovadas ideas de lo que entenderían ellos como modernidad, que también se habían larvado en París y Berlín. Escultores, pintores, poetas, escritores y editores se unieron a una cosmovisión que, llegados los años 30 (momento en el que cierra la exposición), acabaría por emigrar (como lo hicieron muchos) por la desilusión de ver cómo los ideales revolucionarios tornaban al totalitarismo más absoluto.

A todos nos viene en seguida a la mente nombres como los del título de la exposición, Ródchenko, Kandinsky y su prosa tan especial, Malevich y su eterno campesinado. O propuestas reconocibles como el suprematismo y su pura pureza, el constructivismo o el futurismo.

Sin embargo quiero destacar el papel que las mujeres artistas representan en la muestra. Son abundantes su obras. La directora cultural de la Fundación así lo señala. En esta corriente artística consolidada también hay mujeres artistas, trabajando al mismo nivel y ahínco que los hombres. Algunos ejemplos: obras de Alexandra Exter, Natalia Goncharoura, Stepánova, Popova representando el cobofuturismo (esa suerte de ensamblaje perfecto de la disección cubista de la figura y los planos urbanos, las nuevas novedades que trae la ciudad moderna).

También ellas fueron protagonistas del movimiento cultural ruso. También ellas soñaron en la terapeútica de revolución, que posibilitaría el nacimiento indubitado de una sociedad nueva, abierta a los estímulos iniciados en Europa, independiente a las críticas falsas, una Rusia moderna y más igualitaria.

Pero aún hay más, porque se han traído no solo obras pictóricas, sino también piezas escultóricas, libros de artista maravillosos, diseño gráfico y algunos poemas. No falta de nada para llevarnos una certera impresión de aquellos años de la Rusia imperial antes y post revolucionarios germen de las vanguardias.
Queda poco más de dos semanas para la clausura de la exposición, aún estáis a tiempo de disfrutarla en estos días de Semana Santa si tenéis tiempo y ganas.