viernes, 16 de febrero de 2018

Soria, ¿escapada romántica o plan familiar? ¡Tú eliges!


ESCAPADA ROMÁNTICO-CULTURAL:




S. Juan de Duero. Fundamental. Recogido, rehabilitado el interior, si lo visitáis al atardecer, la experiencia es única. La luz que se cuela generosa entre los arcos del claustro remueve las entrañas.
Ermita de S. Saturio: este noble decidió pasar su vida (treinta años según parece) en una cueva, sobre la que después se levantó el templo (suele ocurrir, ¿no os suena ésta misma historia? Lourdes, Fátima, Basílica de Getsemaní…). El paseo es una revelación (recomendable a pie, aunque el coche puede llevarse muy cerca de la ermita, evitándonos recorrer casi la mitad). Duración: una hora (ida y vuelta). El recorrido empieza al otro lado de S. Juan de Duero (cruzando la calle principal de la ciudad). Discurre todo él por la vereda del Duero, por un camino ancho y fácil. Luego se complica, cuando nos acercamos a la ermita, pero sin esfuerzos extremos. Todas las novias se quieren casar allí porque la fase final de la ascensión sucede a pie y los vestidos de novia ondeando níveos al viento o lánguidos sobre las piedras del camino logran que el reportaje fotográfico de ese día tan señalado superen cualquier sueño, como si de un cuento se tratara.
Iglesia del Espino. Soria fue lugar de acogida de Antonio Machado. Al lado de esta iglesia se yergue el olmo que inspiró su conocido y enternecedor poema.
Ruta machadiana: Instituto Antonio Machado (impartía sus clases de francés), Esquina de Teatinos (en esta pensión vivirá el autor y allí conocerá a la que luego será su mujer, hija de la patrona del establecimiento) y  La Laguna negra (y paraje circundante), donde Machado se fue de excursión con amigos (corría el año 1910) y se inspiró para sus obras.

Calatañazor: la que llaman “la fortaleza de Gormaz” y tan codiciada allá por el s. X. Construida por los árabes (965), y donde Almanzor, en la batalla de Calatañazor, perdió su tambor (y mucho más que un instrumento). Es atacada por musulmanes en 1081, el Cid responde violentamente en estos territorios musulmanes. Las calles tienen el encanto de lo medieval. El castillo, con su torre del homenaje para subir, nos regala unas vistas a los campos de Castilla abiertos hasta el horizonte verdaderamente mágicas.
Rello: si tienes tiempo, su rollo es diferente y curioso. No es de piedra: es de hierro, era un cañón del s.XV
S. Esteban de Gormaz: Sin duda hay que ir directos a su Iglesia románica de S. Miguel, una delicia. 1€ la entrada (2€ si es con visita guiada). Silencio y claridad dentro, abandera ser la primera iglesia románica con pórtico, antes que el de la emblemática catedral de Jaca. Rehabilitada en 2007, por dentro merece ver el (sencillo) vídeo que nos muestra las pinturas, firmas de canteros que no se ven a simple vista y el corredor de madera que ya no se conserva. Si sois amantes de los castillos, podéis daros un buen paseo hasta subir al que este pueblo castellano brinda.


Dormir: El Parador de Soria es una opción muy buena. Es moderno, rehabilitado, pero las vistas y el entorno son inmejorables. Recuerda en su conjunto al Palacio de la Magdalena (Santander), aunque en lugar del zoo descansa el cementerio (a distancia de paseo desde el hotel). Si sois románticos, visitad la insustituible tumba de la dulce Leonor Izquierdo, con su plaquita a los pies que dice: “Mi niña quedó tranquila/dolido mi corazón/ ¡Ay, lo que la muerte ha roto/ era un hilo entre los dos!” ¿Primer amor? ¿el verdadero?, ¿quién fue Guiomar realmente: realidad o ficción?, han llovido opiniones de un signo u otro.
Comer: Baluarte. Todo un homenaje que seguro os merecéis. En esta época el menú es único y dedicado a la trufa (este invierno tan soleado… inexistente, ha provocado la aparición tremendamente  tardía de “el oro negro” y de los hongos de temporada. Platos exquisitos, para dedicarles 2 honrosas horas que –seguro- estaréis allí degustándolos.
Si venís de Madrid, un recuerdo: a la ida podéis pasaros (domingos tarde permanece cerrado) por Almazán y comprar en la pastelería Gil sus famosas yemas (¡no defraudan!). Las hay al bombón (recubiertas de chocolate negro) para los amantes del cacao. Hay una zona de cafetería por si os las queréis “llevar puestas” o hacer una parada. La confitería: en medio de un cruce de calles por la antigua N-II, tan sólo hay que desviarse por la indicación de Almazán y seguir, literalmente, la carretera principal de la localidad. Sin pérdida.
 
¿PLAN FAMILIAR? ENTONCES… ¡LOS NIÑOS LO PRIMERO!
Dormir. Parador de Soria (siempre es valor seguro, los niños son siempre bienvenidos y hacen ofertas). El plan está pensado para sábado y domingo.
Numancia. Imprescindible para niños. La entrada incluye la visita guiada (  Resultado de imagen de dibujo de warning: para niños resulta demasiado larga). Pequeños y no tanto disfrutarán de las réplicas de la casas romana y celtibérica que, con todo detalle, se pueden visitar por dentro y una parte de la muralla sobre la que los numantinos hacían sus guardias para la defensa ante los posibles ataques de la legión.
Si, además, les contáis esta historia, la del asedio que duró casi un año, se quedarán prendados. La Historia dice así: los romanos querían la plaza de Numancia, como lugar estratégico para la expansión del imperio. Enviaron durante muchos años legiones incluso a cónsulesSólo hubo una manera de conquistar a este pueblo guerrero y fuerte que plantó cara a los temidos romanos: el asedio. Escipión (nieto del famoso Publio Cornelio Escipión, el que dio muerte a Aníbal) fue el militar escogido. 9 plazas de ejércitos romanos se instalaron en la zona, cortaron toda posibilidad de que los numantinos se abastecieran. Sin suministros ni víveres, ni agua, resistieron como pudieron (comiéndose incluso la piel de sus ropas, o a los que morían para sobrevivir, bebiendo sus propios orines)
Calatañazor: Su castillo, recomendable para niños, que pueden corretear, subir y bajar hasta agotarse mientras sus padres fotografían las espectaculares vistas.


Los beatos y El Burgo de Osma: ¿Qué es un beato? Son códices (libros) iluminados con vibrantes colores (de tintes naturales) que comentan los textos del Apocalipsis de San Juan (escritos en el S.VIII por un monje de San Martín de Liébana). Tienen valor incalculable porque hay muy pocos. En la provincia de Soria hay uno especial: la catedral del Burgo de Osma alberga uno de los beatos más valiosos (dicen) miniado de 1086. ¿Os animáis?
Comer: En Rioseco (camino al Burgo de Osma), en el Restaurante Quintanares, muy recomendable. La calidad/precio verdaderamente buena. Los niños pueden corretear fuera, no se perderán, el pueblo es muy tranquilo y el restaurante está a las afueras. Sin problemas de parking.
Paseo por el Duero. En la ribera del Duero, cerca de S. Juan de Duero, hay un camino (que lleva hasta la ermita de S. Saturio) de agradable tránsito. A la vera del río, los niños pueden correr a sus anchas. Hay una zona muy cuidada cerca del antiguo “Lavadero de lanas”, donde hay un parque de ocio para disfrute de los más pequeños. También al lado de este parque y los columpios y, si el tiempo lo permite, hay un bar/cafetería (“Soto Playa”) con una terraza absolutamente espectacular.
Esta tierra fue también camino del Cid, visitada en su camino al destierro….. pero esa es otra historia.