Esta frase aparece en un de los rótulos que
inspiran las salas de la exposición “The art of the brick: DC Super heroes”
en Madrid, de Nathan Sawaya, y creo que nos aproxima de forma certera a
este artista. Pero mi intención no es hablar de la exposición, que ya lo hice, es otra bien distinta. Hoy se
trata de hablar del decisiones de transformación, de comenzar el rumbo de una
nueva vida (ya lo ha declarado, insisto, él mismo: “Rise to the occasion, feel the power, put on your cape and take a
leap, imagine what you could create”
“Being happy as an artist pays better than
being unhappy as a lawyer”. Sí, era abogado, con una carrera
prometedora, trabajaba en la firma Winston & Strawn, piso 47, in NYC, especializado como corporate lawyer en M&A, securities y grandes transacciones. Pero
a él le fascinaba crear figuras, de barro, de arcilla, de lo que fuera, también
de LEGO®. Así que un día las sacó del baúl de los recuerdos que aún conservaba
y con ellas empezó a construir figuras de gran formato. Y se le ocurrió colgarlas
en una web que configuró. Era un hobby inocente al que necesitaba acudir por
las tardes en su casa, cansado de largas y estresantes horas de trabajo legal
echadas a la espalda. En esos días su vida discurría normalmente: un sueldo
apabullante, un puesto cómodo y seguro. Pero aquéllo no era lo que internamente
le motivaba. Él dibujaba, esculpía, abocetaba cuando terminaba de trabajar. Y
resulta que la realidad le favoreció, cuando deseas algo intensamente todo se
alinea y te promociona, generas un estado mental adecuado a la tarea que
realizas y el “Kosmos” te escucha y devuelve la llamada. Y de aquellas fotos de
sus trabajos caseros empezaron a surgir encargos por internet, de manera que
debía dedicarse a su trabajo como abogado de despacho y, además, a fabricar las
figuras que le solicitaban on-line sus
“clientes”. A lo último se dedicaba por la noche.
Pero su sueño y su distracción le sobrepasó:
los pedidos se acumulaban y había que darles salida, dilucidar: atrevimiento o
continuidad. Ambas opciones no suelen funcionar. Hasta que decidió arriesgarse y
saltar al vacío: empezó a crear algo para los demás y que también ayudaba a
pagar sus facturas y, al mismo tiempo, creaba también para él. Corrían los años 90.
Pongámonos por un momento in his shoes: En el día que optó por el
cambio, dejar una vida acomodada y fluir en la nuevas circunstancias que le
ofrecía la vida. Su corazón acelerado, miedo por dentro, sensación de mareo,
claro, la decisión estaba tomada muy de antes. Luego vino asumir la
incomprensión del resto (es un gran error lo que vas a hacer…..), incluso que
le cuestionaran su decisión, y de eso también aprendió, como ha dicho él mismo,
porque en estos casos tienes que apartar la negatividad fuera de ti si quieres
seguir tus sueños realmente. Y en los comienzos, cuando ofrecía sus creaciones
a galerías, le daban con la puerta en las narices (las mismas que después le
mendigaban una obra suya). Porque hay un momento en que no puedes tener una
mano en una liana y la otra en tu nuevo sueño, hay que desasir una y, si quedan
ganas, encomendarte. Y, al hacerlo, se vivencia el vértigo, se inicia la
transformación, y tras ella llega la liberación.
Utiliza exclusivamente ladrillos cuadrados y
rectangulares, los curvos u ornamentales están prohibidos (los que actualmente
se presentan en los kits de construcción de LEGO®). Los colores son simples,
primarios y algún gris, marrón o negro (algunas obras son monocromas). No hay
cabida para artificios. Es la vuelta a lo originario. Y aún así crea figuras
increíblemente bellas, como si nos indicara que trabajos complejos pueden
concebirse con materia prima bien sencilla. Se atreve con obras icónicas como
“la Mona Lisa”, “el Beso”, “El pensador”, el Discóbolo”, “El Grito”, “La joven
de la perla” y no deja desencantados tampoco a los críticos, hay una dificultad
técnica detrás que admira.
Tarda en componer una de ellas de unos días
(el tamaño importa), a semanas o varios meses (su Tyrannosaurus rex le llevó un
verano entero, con más de 500.000 piezas, y el Batmóvil dos meses). Tiene más
de cinco millones de Legos siempre a mano en sus estudios de L.A. y N.Y.
Constancia y empeño.
Las obras están huecas por dentro. Sobre las
humanas él dice “las realizo en transición, como si presenciaran una
metamorfosis”, “creo que (estas figuras) son fruto de mis propias transiciones
en la vida, de donde venía y las emociones implicadas”. “Una transición del
abogado al artista: de un trabajo seguro a una vida sin seguridades, pero en
esa transición aprendes de ti mismo y de la gente que te rodea” (y de sus
apalancamientos, que sólo logran frenarles).
La suya no es más que una reformulación novedosa a través de un instrumento accesible a todos, pero hay que idearla y él fue el primero que lo propuso.
Hemos conseguido hoy que los niños no
jueguen. Y este artista decidió jugar. Hemos decidido por ellos (nuestros
niños) que no imaginen. Y él decidió imaginar, amasar, reinventarse, y creer en
ello perseverantemente, con trabajo y esfuerzo (no nos
mintamos). Para crecer debemos saber qué hacer, aprender conductas nuevas,
investigar otros caminos, actuar de manera diferente. Nathan Sawaya aspiró a
una vida distinta, anheló más. Pensó en gigante.
"Yo deseo inspirar a otros, por eso utilizo piezas de LEGO®: para conectar con el arte tan rápido y sencillo como sea posible. Y usar LEGO® es una manera de inspirer a los niños (en particular) de forma inmediata a crear”. Ellos se sienten identificados porque ¿quién no atesora una una caja con estos pequeños ladrillos?.
Sus obras venden, y se venden muy bien. Son una puerta a la figuración
y fantasía. Pero también seducen por su poética, nos gusta la
reflexión íntima que algunas contienen. La concepción de este artista
consagrado (parece que considerado por Artnet el octavo más influyente del
mundo) fue fruto de una intuición, agudeza e iniciativa. ¿Visionario? No
particularmente, confió en su delirio y tuvo el coraje de volar.
Ya ha fundado (2014) “The Art Revolution
Foundation” porque sus convicciones han ido evolucionado. Desea que el arte sea una
prioridad en escuelas y hogares (“art is not optional”, comenta). “Parte
de mi misión es hacer el arte accesible”, dice, porque, en último sentido, el
arte hace a la persona feliz. A raíz de sus exposiciones masivas, se ha creado
un movimiento de arte de lego, para adultos amantes de ensamblar estas piezas y
perpetuar nuevas creaciones. Él colabora y se reúne con ellos. Y en la
actualidad se está diversificando: trabaja en un proyecto en colaboración con
el fotógrafo Dean West. Ha dado ya charlas en TEDx y viaja por todo
el planeta con sus exposiciones.
Para los que se están buscando y quizá
quieran dar un giro a su vida, Nathan S. sugiere arriesgarse en el cambio: “transition out of the life you don’t want
into the life you do want. It doesn’t have to be overnight. Make a plan for how you want to
make the change” and “ cut out the negativity in your life. Cut out those
people, colleagues, maybe even your friends and family who are telling you that
you cannot make a change, or are taking too big of a risk”; “don’t give
yourself a safety net. You would be surprised what you can do if you don’t have
a way to go backwards!”
Nota: las
traducciones son de la autora sobre vídeos del artista.