Eras
dulce de nube
rostro
fresco y orondo
tus
ojos de azul mondo,
el
ángel que retuve.
Eras
espuma de mar,
de
azúcar tu mirada
de
besos tu pisada
de paz
me habrás de colmar
En mis
brazos dormías
¡cuánto
bebé para amar!
y el
cielo se me abría:
eras pastel
de azahar.