Una exposición de luz y mar. Orillas y
fiestas taurinas. Hasta el 15 de agosto la tenemos en la Fundación
Canal (Mateo Inurria, 3)
91 piezas traídas de la Fundación Picasso de
Málaga. Llevan una historia común. Temas y lugares que le inspiraron. Nos
invade el azul claro y las ondas de camisetas marineras de la exposición. Tranquilizador
, la estética de la disposición de las salas agrada e invita al paseo sosegado
por la arena ficticia. Con esa tranquilidad de espíritu enfrentamos al salvaje toro
de la Fiesta Nacional, tema del que era entusiasta Picasso, con el júbilo de
las playas o el sueño de los faunos.
Una pared acoge las soberbias litografías de
la serie Toro. Picasso aborda de forma faseada esta figura animal desde una
aproximación realista, detallada (las primeras), para pasar por su personal
interpretación cubista donde se va desvaneciendo la forma, se geometriza el
cuerpo del animal, apareciendo luego una testa que más parece una máscara
africana, para terminar con una sublime simplificación de la figura en un
renglón. De la robustez inicial del toro a la sencillez de una línea prehistórica
(infantil y preclara (¿). Una repetición pero también una minuciosa cadena en
la que cada eslabón añade o elimina formas, luces, contrastes de las
interpretaciones anteriores.
Otras zonas de la muestra nos presentan
escenas de playa en cerámicas, bañistas y sombrillas en platos y fuentes. La
alegría mediterránea de vivir. La vida, el sol y el bullicio del gentío ensordecen
los oídos de un espectador atento.
La sección dedicada a los cuerpos nos da las
pautas primordiales del desnudo medido, grecolatino, de figuras erguidas y
perfiles perfectos. Otra sala nos dedica el ardor y pasión de Picasso por la
mitología, como creador de su propia mitología particular, con faunos
campestres y panes embaucando con sus flautas. Minotauros representando lo
bello y a la vez lo oscuro del ser humano (la misma dualidad intelectual de
Picasso?), Venus y el amor (2 litografías de serie, como las del Toro y las de
Mujeres de Argel de la última sala).
Con las “Mujeres de Argel” disfrutaremos de la visión particular de
Picasso (distinta a la mirada romántica y suntuosa de su admirado Delacroix),
libre, risueña y amoral, des-consagrada. La misma idea de serie litográfica (variantes
sobre un mismo tema) se han visto ya en distintas zonas de la exhibición. Y terminaremos
con bodegones marinos de peces y bogavantes, alimentos de costa, muy mediterráneos….,
para emplatarlos en la última fuente de la exposición. ¡Tan festivo!